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JESUCRISTO ES TODO ...

6.12.10

YA RECIBIERON LA SALVACIÓN Y DESPUÉS QUE SIGUE ?/

APÁRTESE DE INIQUIDAD TODO EL QUE INVOQUE EL NOMBRE DE DIOS..

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;  6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas” (Colosenses 3: 5-7)
“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11, 12)

Este mundo tal y como lo conocemos, va cada vez más al declive moral total. La maldad, o anomia, es decir, el abandono de la ley o voluntad de Dios, como dijo el Maestro (Mt. 24: 12), es la tónica general y constante de los días que nos está tocando vivir, y seguirá así en declive, hasta la venida en gloria de Cristo a este mundo.


sheeeeeeeeeee silencio  no sea que la iglesia se despierte , se despierte de su letardo  

Error: Crecimiento numérico por encima de crecimiento en santidad
Muchos están más preocupados en qué hacer, inventar, reinventar o simplemente “adoptar”, “adaptar” o copiar, métodos (ahora le llaman “modelos”) para ver crecer sus iglesias, viendo en el número, per se, sinónimo de éxito. Esto no es más que megalomanía.
Hay ministros que demuestran tener una necesidad imperiosa, no sólo de hacer crecer numéricamente sus congregaciones, sino de llenar su insaciable ego; su sed de protagonismo. Les ves después de cada predicación llamando a cada uno de los oyentes reunidos allí, para que reciban la “unción” que les será impartida con sus santas manos. Se presentan a sí mismos como estrellas, como los ungidos especiales, de los cuales dependiera la grey. Esto, otra vez, no es más que megalomanía.


Teniendo en cuenta que el crecimiento verdadero lo da Dios (1 Co. 3: 6, 7), y no los “modelos” y estrategias humanas, la primera preocupación que el ministerio pastoral, y todos los verdaderos cristianos en general debiéramos tener no es en cuanto a lo relacionado con el crecimiento numérico de las congregaciones cristianas, sino en lo referente al estado espiritual de los actuales miembros de las mismas.

El pastor (o) y los ancianos, así como los demás creyentes, no deben caer en la trampa de creer que su objetivo principal es llenar el templo, y consecuentemente pensar en abrir un nuevo culto los domingos, y luego otro. El objetivo principal del ministerio pastoral no es ese, sino el asegurarse de la grey actual, y de que vive conforme a Cristo. Debe estar seguro de que la grey recibe todo el consejo de Dios (Hchs. 20: 27), y hacer lo que esté en la mano para que lo viva. El ministerio pastoral debe asegurarse de que agrada a Dios.
El ministerio pastoral debe temer a Dios, por encima de cualquier atisbo de temer a la membresía.
Lamentablemente, lo cierto es que en muchas congregaciones, se omite mucho del Consejo de Dios, y consecuentemente, la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo queda relegada a un segundo plano.
Las razones para así proceder son diversas. Por lo general, hay muchas cuestiones que no se tocan hoy en día desde tantos púlpitos por temor a que las “ovejas” se lleguen a asustar, o incomodar, y se vayan de las iglesias.
La Biblia nos enseña que, como parte del misterio de la iniquidad (2 Ts. 2: 7), se iban a levantar hombres condenados que, encubiertamente, es decir, de forma oculta y disfrazada de piedad, iban a colarse en las filas de los santos, con el inicuo fin de transformar la gracia de Dios en simple y llano libertinaje (Judas 4). Con esa acción, iban a echar por tierra el mensaje de Cristo y el poder de Su obra de redención en muchos que les iban a creer y seguir. ¡Esto está ocurriendo hoy en día en tremendas proporciones!


“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado. Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”(Salmo 51: 16, 17)

Seamos valientes, y desde el púlpito, o desde la sencilla conversación, expongamos a la luz el pecado, y no temamos que nos vayan a dejar o abandonar por así hacer…y si nos dejan, no nos dejan a nosotros, sino a Aquél que nos comisionó a que como verdaderos hijos de Dios, seamos luz en medio de una generación perversa y amadora del pecado.



            

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